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11 de marzo de 2013

La crisis y la normativa rompen la Liga Endesa

Recientemente hemos sido testigos, indirectos por supuesto, de como el Unicaja intentaba, o al menos tanteaba, el fichaje de un entrenador para suplir al más que cuestionado Jasmin Repesa. Nada extraño excepto que para ello no pretendían fichar a un entrenador en paro. Al parecer los entrenadores por los que habrían preguntado son Joan Plaza y Txus Vidorreta. No se me enfaden los seguidores de Unicaja, no voy a volver a hablar del equipo malagueño por más que me parezca una torpeza que deja al entrenador aún más a los pies de los caballos. Mi preocupación es que en una situación de crisis económica como la que nos azota la normativa sobre fichajes de la Liga Endesa permita que los equipos con presupuesto más holgado puedan fichar jugadores hasta el fin de la primera vuelta o, como en este caso, entrenadores, en cualquier momento,  de equipos más modestos abriendo aún más la brecha existente y desvirtuando, en cierto modo, la competición. 

La crisis económica y la normativa de fichajes hacen que los modestos se tengan que conformar, cada vez más, con las sobras


Un par de semanas antes del inicio de la Copa del Rey asistimos, con cierto asombro, al fichaje por parte del Barcelona Regal de Brad Oleson, haciéndose con un puntal del Caja Laboral. De esta forma no solo se reforzaba el equipo catalán si no que se debilitaba el que a la postre sería su rival en las semifinales de Copa. Pero la economía manda y, como digo, una normativa que permite movimientos como este no siendo la primera vez, ni mucho menos, que los realiza el equipo de la ciudad condal en las últimas temporadas. A mediados de noviembre de 2010 fichó a Joe Ingles, que por entonces militaba en el tristemente desaparecido CB Granada, para suplir la baja del lesionado Gianluca Basile. El año pasado, por ejemplo, el Real Madrid fichó a Kyle Singler, procedente del Lucentum Alicante, cuando este era uno de los jugadores estrella del equipo. Este caso es singular  puesto que se hubiera ido de todos modos a la NBA, una vez finalizado el lockout, de no haber mediado el Real Madrid, pero es un ejemplo más.

La situación se ha visto agudizada, dramáticamente, por la crisis económica. El pasado fin de semana supimos, por boca del propio Villacampa, que Tony Gaffney "no jugará más" en el equipo verdinegro, tras negarse a viajar por un impago. No hay que olvidar que el pívot estadounidense fue el jugador más valorado de la jornada 23. Hace un par de semanas eran Otello Hunter, MVP del mes de noviembre, y Alex Renfroe los que dejaban el Blancos de Rueda Valladolid por el mismo motivo. Como digo estas desalentadoras noticias son propias de la mala situación económica y, porque no decirlo, de una mala gestión y previsión por parte de los equipos. Es fácil ofrecer contratos que no se sabe si se van a poder pagar y en la mayoría de los equipos se hace tarde, mal o nunca

En todos los deportes hay periodos de contratación, a lo largo de la temporada, con el objetivo de reforzar los equipos. En la NBA, con diferencia la competición que más vela, al menos normativamente, por la igualdad (draft, tope salarial...) la modalidad es el intercambio de jugadores por lo que si el equipo débil no sale beneficiado deportivamente es por mala gestión, no por abuso de posición dominante, por así decir, del rico. De esta manera se asegura que no haya mayor distanciamiento aún en la calidad de las plantillas. En la Euroliga hay un primer plazo para fichar, tras la finalización de la primera fase, en la que los jugadores pueden pasar de unos equipos a otros de la competición. Sin embargo, el segundo plazo para reforzarse, entre la primera y la segunda vuelta del Top 16, no permite a jugadores que hayan participado en dicha fase hacerlo con otro equipo, como es el caso de Brad Oleson con el Barcelona. 


Los equipos grandes ya no esperan a final de temporada para reforzarse con jugadores rivales / Foto fcbarcelona.cat
Habiendo como hay unas diferencias astronómicas entre los presupuestos de los grandes equipos de la liga y los más modestos, la única opción para estos últimos de acercarse tímidamente a los gigantes de la liga es acertar con los fichajes y, al menos durante una temporada, obtener un rendimiento deportivo superior al esperado. Al finalizar la campaña los grandes equipos se hacen con los jugadores que han despuntado, las arcas del pequeño se ven beneficiadas y vuelta a empezar. Pero si los grandes fichan a mitad de temporada, como cada vez es más frecuente, a jugadores que están despuntando en equipos modestos, se suceden varias circunstancias perversas: por un lado refuerzas a tu equipo a la par que debilitas a posibles rivales; la efímera igualdad que podría alcanzar la liga fruto de un fichaje acertado no alcanza ni una temporada completa por lo que las sorpresas, normalmente escasas, disminuyen aún más; y por último, los equipos poderosos,  poco dados a arriesgarse con los fichajes, no tienen necesidad de esperar siquiera un año para hacerse con esos jugadores por lo que los modestos se convierten, más que en rivales, en equipos de cantera. 

El cambio de jugadores no nos resulta del todo extraño pero, sinceramente, intentar fichar a un entrenador de otro equipo ya me parece excesivo. En este caso la ACB ha facilitado un poco más que estos fichajes puedan darse al eliminar el periodo de un mes de carencia, por así decir, durante el cual un entrenador de un equipo de la Liga Endesa no podía entrenar a otro. Al igual que debatimos sobre normas de juego que deberían fomentar el espectáculo también deberíamos optar por normativas que igualen deportivamente, en la medida de lo posible, la competición, ya que esto redundará en ese espectáculo que tanto demandamos. En fin, tal y como sucede en el mundo real, los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Y en situaciones de crisis se agudizan cada vez más las diferencias que perjudican la competitividad y el interés de una competición ya de por sí devaluada en los últimos años.



2 comentarios:

  1. Personalmente, me gusta más la ACB que la NBA en cuanto a juego se refiere, pero de un tiempo a esta parte veo ABSOLUTAMENTE NECESARIO cambiar el modelo de juego nuestra liga hacia algo parecido a lo que tienen nuestros amigos de Estados Unidos.
    No lo digo por mi, que disfruto con la riqueza táctica del baloncesto europeo, sino por la supervivencia del baloncesto a este lado del Atlántico.
    Si no cambiamos algo, estamos abocados a ser un juego de minorías. Si no hay espectadores, no habrá dinero. Sin dinero, la calidad de la liga bajará ( exceptuando los clubes dependientes del hermano fútbol ) siendo este un círculo vicioso muy peligros.

    Sldos

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  2. La cuestión es que no creo que sea incompatible mantener esa "riqueza táctica" de la que presumimos con cambios que dinamicen el juego e igualen, aunque sea un poquito, la competición. Yo también, personalmente, soy más aficionado al baloncesto del viejo continente, aunque nos lo estén poniendo muy difícil (los últimos partidos del Madrid contra el Zalgiris y el Caja Laboral, por ejemplo, los tuve que ver, como muchísima gente, de mala manera, por internet)

    Saludos. Gracias por leerme y por el comentario

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